Hacia la primera mitad
del S.XVI, el pueblo de Aranda sentía una gran inquietud
por elevar el nivel cultural de sus hijos y por buscar los
medios para poder alcanzarlo.
Un ilustre hijo de la villa, D. Pedro de Acuña y
Avellaneda, Obispo de Astorga, haciéndose eco de
esas aspiraciones, otorgó testamento el 14 de diciembre
de 1554 disponiendo que toda su hacienda fuera destinada
a la fundación de un colegio que se llamara la "VERACRUZ"
con su capilla correspondiente y que la renta de su hacienda
sirviera para el sostenimiento de 9 capellanes y 14 lectores
para la enseñanza.
El Ayuntamiento donó para la obra unos terrenos situados
entre el convento de San Francisco y el río Bañuelos.
En 1555 muere D. Pedro dejando las
obras del colegio en sus cimientos. La fundación
pasa por voluntad testamentaria al Conde de Castrillo, D.
Bernardino González de Avellaneda y así sucesivamente
a sus herederos, quedando las obras paralizadas durante
más de 80 años.
En Abril de 1639 se prosigue con la
edificación bajo la solicitud de D. García
de Avellaneda y Haro, yerno de D. Bernandino. La fundación
que pretendía hacer el Obispo D. Pedro de Acuña
queda muy lejos de la realidad, pues el edificio se reducía
a una sencilla casa de planta baja y piso, de forma rectangular,
que contrasta con la gran capilla, que supera más
del doble las dimensiones del Colegio.
La planta de la capilla tiene forma
de cruz griega, lo cual la hace ser un ejemplo único
en Aranda y poco habitual en el resto de la comarca. Su
construcción está realizada en partes de sillería
y en partes de mampostería bastarda; la bóveda
es de medio cañón y el crucero tiene forma
de media naranja. Su fachada principal es sencilla y austera;
su estilo se podría catalogar como de principios
del barroco; dos columnas dóricas enmarcan el arco
de la puerta sustentando un frontón partido en el
que se apoyan 3 escudos con los emblemas de los Acuña
y Avellaneda. Aunque no se puede asegurar en qué
año se terminaron las obras, se cree que fue hacia
1648, año en que se trasladan los restos del Obispo
D. Pedro de Acuña.
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Las referencias escritas sobre el Colegio
de la Vera-Cruz, se pierden a raíz de 1639, pero
hay hechos que demuestran que siguió funcionando
durante los Siglos XVII, XVII y primera mitad del SXIX,
aunque no con la magnificencia que soñara D. Pedro
para su obra, ya que a mediados del S. XIX , aunque no con
la magnificencia que soñara D. Pedro para su obra,
ya que a mediados del S. XIX sólo impartía
clases un preceptor de latín.
Sin embargo, en los últimos
años del S. XIX y primeros del S.XX, consta que el
Colegio de la Vera Cruz tenía su claustro de profesores
y su Director; que primeramente fue D. Diego Arias de Miranda
y después D. Faustino Jimeno.
En él estudiaron Bachillerato
un número indeterminado de jóvenes, los cuales
iban a pasar las pruebas de tribunal al Instituto de Segunda
Enseñanza de Burgos.
Las Hijas de la Caridad llegan por
primera vez a Aranda en 1903, instalándose en un
edificio dedicado en principio a la formación de
chicos que querían ser sacerdotes, dirigido por Padres
Franciscanos y Dominicos, pero que ese mismo año
se trasladan a la sede de las diócesis. Las Hijas
de la Caridad permanecen dando clases a las niñas
humildad hasta 1910, ya que tienen que marcharse por no
poder pagar las seiscientas pesetas de renta anual.
El 8 de Noviembre de 1925 a petición
de un gran número de arandinos, D. Agustín
Crespi de Valldaura, conde de Castillo, Orgaz y Sumacárcel,
cede el edificio del colegio de la Vera Cruz, a las Hijas
de la Caridad para que se dediquen a la enseñanza
de niñas, principalmente a las más pobres.
Las Hijas de la Caridad vuelven a Aranda
en 1927 una vez hechas las obras de reforma necesarias.
Consta la cesión de edificio de planta baja y dos
pisos, iglesia, patio, huerta, demás dependencias
y terrenos colindantes. Lo firma como recibido la Superiora
Sor Matilde García. Empiezan con dos clases de Cultura
General y una de Párvulos.
En 1949 se abre un internado para acoger
chicas de los pueblos vecinos. En el año 1957, la
Congregación se ve en la necesidad de ampliar el
Colegio por la gran afluencia de alumnos y decide utilizar
la huerta para levantar el nuevo edificio. Años más
tarde, recuperan en el que fuera mercado de ganado y lo
convierten en pistas deportivas para el colegio.
Desde entonces, las reformas y mejoras
han sido continuas, llegando a contar actualmente con:
Cinco aulas de educación Infantil
Doce de Educación Primaria
Ocho de Educación Secundaria Obligatoria
Dos aulas de Apoyo
Laboratorio
Aula de Psicomotricidad
Aula de Informática
Aula de Dibujo y Pintura
Aula de Tecnología
Salón de Usos múltiples
Biblioteca
Comedor
Gimnasio
El Colegio Vera Cruz de Aranda de Duero
es un Colegio Privado-Concertado de Educación Infantil,
E. Primaria y Educación Secundaria Obligatoria.
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